viernes, 22 de noviembre de 2013

Y que perdiendo también se gana.

Perdoné errores casi imperdinables. Intenté sustituir personas insustituibles y olvidar personas inolvidable. Me decepcioné de personas que nunca me decepcionarían. Sonreí cuando no podía. Hice amigos eternos. Lloré escuchando música y viendo fotos. Llamé solo para escuchar una voz. Pensé que me moría de tanta tristeza. Tuve miedo de perder a alguien especial. ¡Pero sobreviví! ¡Y todavía sigo viva! Aprendí que a veces el que arriesga no pierde, gana, y que perdiendo también se gana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario