Desde que tenía 15 años he experimentado ansiedad. Al comenzar a experimentarla me dio por comer poco y cuando comía un poco más, me daban náuseas y mi cuerpo lo rechazaba, creo que es por esto por lo que hoy en día le tengo fobia a vomitar, relaciono ansiedad, y todo lo mal que uno se siente cuando la tiene, a vomitar y expulsar lo malo que tengo dentro de mí fuera, y así 'sentirme mejor'.
Siento pánico tanto a una cosa como a la otra. Cuando me mareo o tengo náuseas pienso que tengo que vomitar y tengo ansiedad y del esfuerzo que esto conlleva acabo desmayándome, solo pienso en que me voy a morir y que preocupo a la gente de mi alrededor, cuando me despierto tengo ansiedad y pienso que no me siento segura en ningún sitio, que nadie me puede ayudar y que finalmente, me voy a morir. Hace unos días descubrí que a esto se le llama Emetofobia y que a mucha gente, aunque a otra mucha le parezca la fobia más tonta, le afecta. Así que aprovecho para decir que es más común de lo que la gente piensa, tanto la ansiedad como las fobias y que si tenéis problemas que os condicionan continuamente la vida a vosotros o a otras personas os animo mucho a que optéis o por lo menos intentéis buscar ayuda siempre que podáis, porque a mí me faltó ese empujón y podría haberlo solucionado mucho antes y no haber perdido tanto tiempo ya que visualizar los cambios y sobre todo la solución a los problemas y ocuparnos en vez de preocuparnos por las cosas, es importantísimo.
Hace unos meses volvió a aparecer, llevaba tanto tiempo sin sentir ansiedad que me cerré en mí, no quería ayuda de ningún psicólogo porque pensé que yo sola podría y que buscar ayuda de un profesional me haría sentir que es más grave de lo que pienso y que de alguna forma retrocedería. Sé que la ansiedad es una emoción necesaria y que probablemente sin ella hoy no estaríamos aquí, pero es tan incómoda que constantemente pienso en evitar situaciones o huir de ellas para encontrarme mejor, y ese es justo el problema que ha estado ahí siempre, que para superarla necesito enfrentarme a esa clase de situaciones y ver que no corro peligro, que se pasa, aunque parezca que no y se haga eterno este periodo de tiempo.
Lo peor para mí es el susto, la culpa y la tristeza que se llevan muchas personas tras este episodio. Les pongo en una situación de lo más difícil porque no saben qué decirme o cómo tratarme para volver a encontrarme bien. Todo esto son cargas que yo me cuelgo y que arrastro, la culpabilidad que siento es tan grande que cuando aparece esta emoción solo pienso en ellas porque al final transmito lo que siento y pienso a personas que no lo merecen y yo no sé gestionar el daño que hago inconscientemente y acabo ahogándome.
Siento ansiedad cuando me despierto, no quiero mirar el móvil, quiero tener la mente distraída, intento no hacer cosas que me hagan sentir insegura o miedo o en peligro, me duele dejar de hacer cosas porque me da pánico pensar que me va a suceder y que no voy a saber gestionarlo y con esto volver a hacer daño a estas personas. Es una cadena que creo que voy a llevar siempre que tenga ansiedad y haga caso a todo lo malo que se me pase por la cabeza, la culpa y la desesperación por la calma.
Todo fue de mal en peor hasta que me digné a buscar ayuda, llevo dos meses en terapia y he visto cambios maravillosos, he salido, me he reído, he hecho cosas y sobre todo he sentido las ganas de querer hacerlas, me he despreocupado, he valorado y he querido mi vida como nunca antes y aunque ahora mismo no estoy en uno de mis mejores momentos porque la vida no se puede controlar, porque no esta planeada y siempre habrá algo que no estará en tu mano y que se te escape de ésta y yo soy una persona que tiene que tener todo organizado y pensado y sobre todo si pasa algo que no sale como esperaba me vengo abajo, y como era de esperar, pasó y apareció de nuevo mi ansiedad, desde que me pasó pienso que estoy retrocediendo, que pensaba que podía ya controlar cada situación que viniese y al final la culpa muchas veces de sufrir esta emoción es mía por alimentarla y dejar de hacer cosas. Pero, por otro lado, sé que cuando vuelva a ir a mi próxima sesión tendré la seguridad en mí misma y herramientas que me faltan para combatir la situación y eso, ver el trayecto, el viaje, ver cada detalle, cada progreso y ver que todo es más fácil de lo que uno se piensa, que muchas veces nos ahogamos en vasos de agua inconscientemente pero que muchas veces hay que recordar y mentalizarse de que todo tiene una solución por muy difícil que sea el problema y que si no la ves, siempre habrá alguien que te ayudará a verla.