Cuando todo empieza sin haberlo mascado y saboreado antes, el primer pensamiento es de miedo, y es que semanas antes nos vimos por primera vez, el sabía quien era yo y yo supe quien era el, aunque los dos creímos no habernos visto.
La primera sensación es la que tienes cuando ves a alguien que no esperabas ver jamás, porque ni tan siquiera piensas en que pueda pasar por al lado tuya un día cualquiera, probablemente no me sentí orgullosa de la manera de prestar atención a todo lo que pasa a mi alrededor hasta que llegué a casa y vi un mensaje suyo: 'Puede ser que te haya visto en el centro? O tienes un alma gemela?' A día de hoy creo que nadie podría haberme preguntado aquello con palabras más dulces. (30 de Junio)
Fueron pasando los días y cada vez hablábamos más, aunque quizá sin demasiada importancia.
Hasta que coincidimos en un concierto en el que precisamente retrasaron el comienzo horas, yo haciendo cola y él dentro, deseando que todo empezara. Me dijo que me escapara y fuera a la puerta a verle, en realidad no sé por qué lo hice ya que mi inseguridad me da mil vueltas pero me acerqué.. me acerqué con el corazón a punto de estallar, nerviosa como cuando no sabes qué puede pasar y no te salen apenas palabras, me dio dos besos me cogió la mano y entramos, cuando me dejó en la cola me faltó dar saltos de alegría. Horas después entramos y allí estaba él, creo que no olvidaré nunca ese día, le dije donde estaba y mientras mi mente y mi optimismo discutían sobre un posible reencuentro mi esperanza se abrió camino y es que allí estaba él, a mi vera, cercano como si hubiésemos coincidido en otra vida, aquel día me quedó claro que nadie podría tener una cara tan suave. Ese día todo salió mal para mucha gente, pero para mí fue el concierto más maravilloso de todos los que había estado. (24 de Julio)
Siempre había dicho que las primeras citas son muy importantes ya que es ahí cuando sabes si merece la pena ese tiempo que no volverá jamás o lo estás perdiendo. Aquel día comenzaba bien, me recogió en la puerta de mi casa y salvo que le costó llegar a la hora prevista.. él es de los que piensan que en una cita hay que dejar de lado lo demás. Decidimos ver 'Ahora o nunca' una película más en mi cajón de las inolvidables y es que da igual como sea ésta, aunque acertamos bastante, lo que de verdad las hace favoritas es el increíble efecto que hace que al verlas automáticamente te acuerdes de alguien en concreto.
Probablemente me esté acercando demasiado a sus labios, pensé, mientras su mirada en la mía se fijaba. Pasaron esos segundos y nos seguíamos mirando como si nada hubiese pasado salvo por mi sonrisa que lo delataba. Tenía los mejores labios que los míos jamás hubieran besado.
Me dejó en mi casa y no me bajé del coche tras haber pasado dos o incluso tres horas hablando con el, ese día lloré lo que nadie se imagina pero si me hubieran dado a elegir nunca hubiera elegido volver a casa. (29 de Julio)
Segunda cita imprevista me recogió en el centro y me llevó a su piso en obras, me fascina pensar que cuando menos esperas algo pasa. Seguramente las segundas citas sean bonitas y no en un piso en obras ni estar continuamente rozándonos, pero cuando nos quisimos dar cuenta estábamos bebiéndonos solo para aumentar la sed que nos teníamos.
Teniendo la fuerza de un ejército de tres mil latidos y doscientos litros de sangre que queriéndote dar más de lo que tiene te da todo lo que es. Y entonces me di cuenta, había dulzura en aquella mirada fija en mi cara enrojecida y a mi tembloroso y sudoroso cuerpo desnudo, había deseo, ternura, melosidad y atracción, todo unido en el conjunto de átomos en el aire que nos rodeaba todo contemplado a mi parecer sin tener que abrir los ojos. En ese momento entendí que da igual las veces que le haya visto antes para estremecerme como esa noche larga sin relojes, porque lo que realmente importa son las veces nos vayamos a ver desde entonces.
(4 de Agosto)